2.11.07

Los computitos son los peores

(un cuento sin a)


-Debes huir en el momento que comiencen los chistes sobre ir en Infinitum-

He escrito con enojo en mi mente hoy.

Los eventos que predecieron el terrible hurto -y posterior rompimiento- del Pinot Noir Chileno de mi domicilio fueron los que les hicieron merecedores de mi odio eterno. De ellos, de los que tienen por subespecie el ser computito es de quienes me refiero.

Y todo por ser de chones ligeros.

Su perfil de beduino quijotezco y esos ojitos de chipirón me prendieron como piojo de hospicio. De modo que ni su proceder treekie o su pinche costumbre de escribir en el blog justo después de coger me molestó. Nothing, cero. Los inidicios de este infortunio no me fueron prevenidos.

No demoró en suplir mis mimos por su j-unit, mis huevos cocidos por su nintendo, mi culo por el control remoto. Su perfidez se volvió insostenible.

Y no es que me dé por los remilgos, pero es luego se requiere ese delirium tremens di membrum et cogitum.

Yendo en coche por Constituyentes me detuve donde el elotero. Y no por mi gusto por los elotes, si no porque es bien conocido que se debe discurrir sobre hombres comiendo elotes. Decidí concederle un voto de fé. Me emperifollé, me corté el pelo y me depilé.

Lo encontré ingiriendo mi Pinot Noir con sus compinches ñoños, en uno de esos juegos de rol.

-Tu pelo tiene un nuevo color- me dijo.

-Me lo corté 10 centímetros!! lo que mide tu pito de chocorrol! - contesté.

Y fue en ese momento que tomé el vino, corrí y rompí mi Pinot Noir en el techo de su coche.

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