Como quiere ser vista II

Ajustarse a un patrón, a algo ya probado y consensado trae muchas ventajas. Para que inventar el hilo negro si alguien ya se tomó la molestia de decirte como debe ser. El problema es que los humanos estamos locos y nada más por eso decimos nel y terminamos inventando otros patrones. Al final, igual nos venimos encajando en algo establecido.

Para mi, uno de mis patrones wannabe ha sido Sex & the City. Alguna vez me definí una 70% Miranda / 30% Carrie y me es casi imposible no catalogar a las personas con las que convivo (especialmente a los hombres) como un personaje sexandthecitiosos. Desde Mr Big, a Berger, algun que otro matiz de Steve y demás cuyos nombres ficticios me son borrosos...

Lo malo de esas fórmulas es que son fantasiosas, de tanta fidelidad como los horóscopos de cualquier revista feminista. La realidad es que la vida y lo que haces en ella no tiene un guión y mucho menos un estudio de mercado que te asegure un reitin alto. La realidad es que te das de topes y te burlas de tí misma. La realidad es que lo que juras y racionalizas que no vas a hacer, terminas haciendolo. La realidad es que te sorprendes buscando lo que nunca creiste buscar.

Me pregunto si esas mujeres que se casan chavitas y compran la historia de la familia con marido, perro (o tortugas), camioneta e hijos tengan, a los 30 y tantos, esa sensación de inestabilidad, surrealismo, hartazgo y hasta valemadrismo que de pronto me llega a abrumar (y sobre todo cuando un hito se aproxima). Igual eso no es importante.

El pedo, creo yo, no es cual historia compres, si no cual historia vivas. Es como ir de vacaciones la chafisima versión de Europa en Epcot Center o realmente vivir la gritonería española, la malaeducación francesa o la perreada italiana. La versión Disney es mas segura, pero la real es mas emocionante y sorprendente.