4.3.08

Lo que ves cuando no hay luz.

El viernes me cortaron la luz. Después de maldecir a la comisión por no mandarme el recibo y a mi misma por no guardar los pinches recibos anteriores, me resigné a llevar mi comidita a una casa donde fuera bien recibida y aprovechada y cargué todas mis pilas y aparatos cargables con la electricidad de mi trabajo.

El sábado puse un radio de pilas de esos que valen 2 pesos, con UNA (si 1, de cantidad) bocina que zumba más que las canciones. Esa simple acción hizo que me acordara de casa de mis abuelos, que siempre tenían la radio encendida. Y gracias a esa herencia norteña de ser codos, era un radio bastante chafa, de esas de bocinas zumbantes.

Tendría yo 8 años a lo mucho cuando los fines de semana nos juntábamos varios primos a jugar. Me di cuenta que no eran de esas reuniones que ahora veo que pasan en más de una familia, en la que "hay que ir a visitar a los abuelos" casi religiosamente todos los domingos. De hecho mis tíos y papas iban y nos tiraban ahí, no se que hacía ellos o a donde iban, supongo que nunca me importó.

Pero mi abuela en la cocina, oyendo la radio zumbante es de esas cosas que no te das cuenta que tenías guardada, pero ahí esta. Casi podía oler los muebles viejos y la sopa de pasta seca con papa que tanto odiaba. A mí y a mis primos jugando, peleando y riendo por horas.

Ahora mi abuelo ya no vive y mi abuela se la pasa viendo la tele, de esos programas amarillistas y chafas. Ya casi no cocina, al menos no para todos como antes. El ir a casa de mi abuela es hoy es casi por obligación. Crecí y nuestra forma de ser choca. Más bien choco yo que soy tan mamona. No me gustó ser así, no me gustó ver maravillas en otras cosas y gente que apenas conozco y con las que me han visto crecer no.

Este fin también vi otras cosas, de esas que no van en el blog.

2 atinados comentarios:

Armando dijo...

No se si te leo o interpreto bien... pero si eres así de mamona... la verdad sí chocas.

Ya crecerás, se te pasará el entusiasmo por el Obelisco, y sentirás el gusto que da la nada, el sano embotamiento del alma que da saber que eres lo que eres por lo que has hecho y por lo que todos los demás, los más cercanos principalmente, han hecho que seamos.

Un abrazo grande,

Ingrid dijo...

Es que no sé, creo que es parte de la vida el darse cuenta que a la familia te la imponen y puede o no que sea maravillosa, pero por eso están los amigos y otras personas que de verdad admiramos sin compromiso.

Y no, yo no creo que seas mamona, simplemente uno se quita la venda de los ojos y ve cosas propias y ajenas que no gustan.

Saludos rox!