Me largo a vivir a la condesa

...pero sólo porque ahi los perritos son bien vistos y considerados. Eso es estar Super In y no chingaderas. Me encantó que te dejan entrar a los baresitos (supermega Ins) con tu hijo de cuatro patas. Y me contaron que la china loca que puso el restaurante para perros también esta por ahí.

Apenas descendía con elegancia del ETN cuando se me bajó la presión. Soy demasiado pueblerina, snif. Pero bueno, nada que 2 cocacolas no remediaran. Después me fui a la condesa a chismear con mi super amiguiz Reyna y como ya es costumbre, escandalizamos al amable transeúnte con nuestras tragedias sexuales masculinas en metrobús. Aunque el plan era otro, terminamos en una de esas reuniones improvisadas con poquita gente que resultan más fregonas que las planeadas. Hace un chingo que no me reía tanto -casi me meo- y menos jugando UNO... Por supuesto que como buena mexicana celebrante, me puse peda con tequila (todos de hidalgo) y la cruda me dió durante el mediterráneo desayuno familiar cuando yo rogaba por un menudo bien picosito.

Imagino que si mi vida se hubiera quedado en el defectuoso sería yo de esos histericos defensores de la ciudad. Ta bien, el de-efe no está tan mal, siempre y cuando la compañía este bien.

Ni pedo. Mi próxima visita será con Gazpacho incluido.

Super In