De a poquito

Hace 2 semanas decidí ir con una nutrióloga porque ya me estaba pasando en mis redondeces. Realmente yo no tengo malos hábitos de alimentación. No me da por desayunar siempre tamales, ni me atasco entre comidas con papitas, ni me como medio kilo de tortillas. Es mas, numéricamente ni tenía sobrepeso.

Así que respetar una dieta baja en calorías no me ha costado trabajo. Solo necesité constancia para hacerme de comer y aplicarme con las caminatas. Desde la primera semana me empecé a sentir mucho mejor físicamente. Lo noté en la ropa y sentía que había bajado como 4 kilos. Pero sólo bajé 2 kilos en 2 semanas. Supongo que ninguna publicidad de esos métodos mágicos para bajar de peso te vende ¡¡1 kilo por semana!! ¡¡Garantizado!!

Me di cuenta que esto es porque realmente no conocemos cómo nuestro cuerpo trabaja, lo que necesita para tener resultados. Cuánto es realmente un kilo para mi cuerpo y de que es ese kilo. Esperamos milagros para lograr nuestros objetivos, cuando lo que necesitas es constancia y cambiar de hábitos. Entender tu cuerpo y no dejarte impresionar con espejitos.

Esta receta -maravillosa, pero no mágica- no solo aplica con la grasita de la cintura. Decidí resolver mi histeria de hace algunos posts de una manera similar. No tiene nada con arrancar todo de raíz, si no hacer pequeños cambios y esperar que al final estos ajustes funcionen. No funcionan, intentas algo más. Al final... ¿Por qué he de cambiar mi forma de vivir o mi alimentación?

Con los pedos mentales, los resultados no son tan obvios ni tan rápido. Pero al menos la tranquilidad de haber decidido algo es gratificante.