Jeri for cuin

Una de las ventajas de trabajar en una organización relativamente grande, es que puedes realizar experimentos sociológicos con la gente. En mi caso, he tenido la oportunidad de poner a más de 300 ratoncitos en mi laberinto, aguantarme sus mordidas, restringirles la comida o hacerles un cariñito pavloviano.

Me explico.

En la última certificación que la empresa tuvo, nos hicieron notar que no estabamos llevando de todo bien un puntito del modelo. Ese puntito se convirtió en una gran iniciativa que nombrare Iniciativa para averiguar que tan pendejos estamos y con cuanta pendejez nos aguanta el cliente.

Y como si me preguntaran si quería otra chela, acepté gustosa llevar el paquetito. Quiero hacer notar que aquí llevar significa hacerle de chacha, puesto que hay que darle gusto a todos los amitos de la casa. Ya saben, a uno le gustan sus huevitos revueltos, a otros estrellados y a otros sin yema.

De esta maestría en hacer huevos, aprendí a no hacerle caso a todo mundo. Es mejor hacer lo que yo creo correcto (y que valido con la gente que creo que piensa) y al final, juntarlos a todos y convencerlos de que ni madres, lo tuyo no va (mejor conocido como se queda pendiente y prioritario para el siguiente semestre, con la iniciativa de ser pendejos ágiles).

Si ponerse de acuerdo entre 10 personas directamente involucradas en conocer que tan pendejos estamos y con cuanta pendejez nos aguanta el cliente, pues convencer a los pendejos, digo compañeros, esta mas en chino.

Primero quiero aclarar que aunque la iniciativa lleve ese nombre, no creo que todo mundo sea un pendejo (unos si se pasaaaan). Como el oprimido pueblo que somos, los obreros de esta organización tenemos un chingo de cosas cargando en la espalda y cuando dicen "ora quiero que lleves esto en la nariz" obviamente brincan. Pero pus a mi me toco ponerlos a cargar con la nariz y que pusieran cara bonita.

Organicé grupos de 25 para ponerles su vacuna y aventarles un rollo lavacerebros para que un gran porcentaje se ponga flojito y cooperando para que así pudieramos saber que tan pendejos estamos y con cuanta pendejez nos aguanta el cliente. Estas 25 personas eran de la misma gerencia y me di cuenta que todos eran increiblemente parecidos. Casi clones.

Como en la prepa, que están los grupitos donde todas las chavas utilizan el mismo rojo en los labios o que todos los weyes son maleantes... así estamos aquí. Había grupos que eran increiblemente quejones, otros participativos, otros huevones, otros tramposos, otros apáticos, otros feos como la chingada (que es muy fea).

Voltié a ver al líder de cada grupo y me di cuenta de cuánto pesaba su personalidad y lo que opinaba de la iniciativa y de la organización. Por eso, mi recomendación fue revolver a todo mundo. Ya tenemos muchos vicios y manías. Puntos G que ignoramos por coger siempre de misionero.

Otro suceso extraño es que desde entonces, mucha gente me saluda. O llegan y me preguntan cosas. O llegan y me besuquean. Ya pues, no en la boca, pero pues mas de un wey se cree mi superamigui por haberles dicho lo importante que es saber que tan pendejos estamos y con cuanta pendejez nos aguanta el cliente. El pedo va a ser cuando me saluden fuera de la ofis, o que me vean peda y haciendo desmanes y yo ni en cuenta quienes son ya que soy malisima para recordar caras y nombres. Chale, ya me siento paranoica.

Aunque lo anterior está narrado de manera bien amena (edá), la verdad es que si me costó un ovario. Le sufrí y me estresé. Hubo corajes y pleitos de gatitas. Sin embargo los resultados ahí van. Ya estamos empezando a saber que tan pendejos estamos. Que bonito, yo ruleo... snif.


nota1: ninguna frase de este post ha sido robada
nota2: agilitos, ya saben