5.4.07

Dulces Bernal



Hace algunos dias, Gazpacho y yo fuimos a Bernal a comer gorditas. Peña de Bernal es la entrada a la sierra gorda de querétaro y es un pueblito muy bonito. Su principal atractivo es la piedrota (monolito), segundo o tercero más grande del mundo. La verdad yo voy más por las gorditas y las micheladotas bien chilosas. A Gazpacho si le gusta más subir la piedrota. Debo decir que el panorama desde arriba (bueno hasta donde logro subir) es harto bonito.

Ese día, ya caía la tarde y estaba indecisa si comprar uno de esos dulcecitos típicos. Son dulces de leche, todo mundo los chulea y es como tradición llevarle a tu familia y amigos los mentados dulces. Justo cuando iba a entrar a la tienda me hablo una viejecita. De esas encorvadas, pelo cano y traje de indita.

-Pstt señorita, estos son mejores!
Le vi sus pequeños ojos cubiertos de esa capita gris que tienen muchos viejitos, los parpados casi cubriendolos, las pestañas casi inexistentes. Le sonreí y me acerqué.
-¿Porque son mejores, señora?- le pregunté
-Mire señorita, estos le hacen ver cosas que se había dado cuenta.- ¿Se ven otros colores? ¿Tienen mota?, pensaba. La vieja se dio cuenta de mi mirada de incredulidad, por lo que añadió.
-No señorita, no piense mal. Quien se come estos dulcesitos, ve diferente a la gente. Se da cuenta de lo que había ignorado, que el ruido, la tele y todas esas cosas que tienen en la ciudad no los dejan percibir. Eso es todo.

Me gustó el cuento. Los dulces costaban el doble de lo habitual -y sin el papelito "dulces peña de bernal"-, pero la historia me había hecho sonreir. Dulces y sonrisa por 70 pesos no es un mal trato. Ya me iba cuando la viejilla me gritó:

-Espere señorita! No siempre se ven cosas agradables, asi que tenga cuidado.

Su rostro se transformó un poco obscuro, su seriedad casi asustaba y hasta pensé que sus pequeños ojitos se habían abierto un poco más. Me olvidé del asunto y regresé a Querétaro. Llegué a mi casa y los boté en la canastita del comedor. Aún tenía la panza llena a de las gorditas, por lo que ni los probé.

Poco tiempo después, antes de salirme de peda, agarre un montoncito y me los fui comiendo en el camino. Las cheves del Wiclow me pegan más fuerte de lo normal, mas vale traer algo en la panza. Ahi estaban ya -bien pedos- los malacopas de siempre. Y fue cuando te ví. Por supuesto, tenía más de 9 meses de verte bastante seguido, pero nunca te había visto de esa manera. Culpé a la cerveza.

La noche se nos terminó casi a las 6 de la mañana y al día siguiente, después de dejarte en tu casa, vi las envolturas de los dulces y me acordé de la ancianita. "¿Sera posible?" me pregunté. ¿Acaso eso importaba?.

Los días pasaron y comencé a meter leche entera al refri y alegría a mi corazón. Me olvidé de escribir, de ver Grey's Anatomy y siempre buscaba "mi credo" en la radio. Todo se sentía tan perfecto que unos dulces no podían haber sido la razón.

Hace unos dias nos terminamos juntos los dulces y me viste. Y yo me ví. Y la leche entera en el refri se quedó.

6 atinados comentarios:

huitzilopochtli dijo...

Orale no sabia que eras de Qro. yo aquí vivo actualmente y si la neta me gustó mucho cuando visité la peña de bernal, sitio muy recomendable para todos los mexicanos...

Jaime Paz dijo...

:) hacía mucho que no te leía, y me topo con este post. Qué chido.

Vagancianet dijo...

Dulces para reflexionar y descubrir otro punto de vista...

Me agrada...

Anónimo dijo...

Y que la ñora no se llamaba Maria Sabina? guardenos de esos dulcecitos para volar con usted doña Rox...!!!

Anónimo dijo...

Espero que exista "Dulces bernal 2: El impnerio contrataca"....

El Chino dijo...

chido one =Db